El colágeno es la proteína más abundante del organismo y es el componente principal de los tejidos conectivos, como son los tendones, los ligamentos, los músculos y la piel.
Esta proteína es la encargada de formar las fibras a partir de las cuales se crean las estructuras en nuestro cuerpo y es la responsable de la firmeza y la elasticidad de éstas, cumpliendo un papel esencial en su hidratación.
Las fibras de colágeno tienen la capacidad de mezclarse con muchos tipos de sustancias y minerales y así cumplir diversas funciones: Cuando el colágeno se une a los cristales de calcio se da la formación de estructuras duras y rígidas, si se mezcla con elastina forma una red que puede mejorar la apariencia de la piel y si a esta combinación se unen otras sustancias puede formar un gel que actúa para proteger los cartílagos.
Sin embargo, con el paso de los años, nuestro cuerpo comienza a disminuir la producción de colágeno, lo cual se traduce en una pérdida de la elasticidad y flexibilidad de la piel, padecimientos a nivel muscular y articular, deficiencias en el sistema circulatorio, caída del cabello, afecciones a nivel dental, solo por mencionar algunos.
Por esta razón, el consumo de colágeno es una gran alternativa para suplir las necesidades de esta importante proteína. En este articulo te contaremos sobre sus formas farmacéuticas y que deberás tener en cuenta para elegir un buen colágeno.
Existen aproximadamente 21 tipos de colágeno, por lo que podemos decir que el colágeno como tal es una familia de moléculas que se relacionan y que a su vez son diferentes entre sí. Los más conocidos son el tipo I (presente en huesos, dientes, piel) y el tipo II (presente en el cartílago).
¿Colágeno líquido, en polvo o en pastillas?
En el mercado podemos encontrarlo de estas 3 formas y es importante aclarar que si bien cada una de ellas cumplirá con su función general de aportar una cantidad extra de colágeno a nuestro organismo, dependerá de su presentación la cantidad de colágeno que pueda aportar, su practicidad y versatilidad.
- Las cápsulas o tabletas son prácticas, solo requieren un vaso de alguna bebida para ingerirlas y son fáciles de transportar. Sin embargo, debes tener en cuenta que en esta presentación la concentración de colágeno tiende a ser más baja.
- El colágeno liquido está listo para su consumo, sin necesidad de disolverlo ni ingerirlo con otros líquidos, por lo que resulta muy práctico. La concentración de colágeno en esta presentación puede ser superior a las tabletas o cápsulas, siendo muy similar a los colágenos en polvo. Es de rápida absorción.
- El colágeno en polvo puede ser una de las formas que mayor concentración presenta. Si bien debe ser disuelto en algún líquido, esta característica proporciona versatilidad, por lo que podrías variar diariamente la bebida para consumirlo y al igual que el colágeno liquido su absorción puede ser más rápida.
Tips para que hagas una excelente elección de tu colágeno:
Antes de comprar tu colágeno revisa el listado de ingredientes, en el encontrarás de mayor a menor los componentes de tu producto, una vez hagas lectura de ellos, evita:
- Agentes de volumen o carga como la avena, harina de almendra, soya, maltodextrinas, entre otros, que si bien no son malos ingredientes, en este caso podrían minimizar el aporte de colágeno por porción.
- La inclusión de otras proteínas diferentes al colágeno, pues estas desplazaran en la formulación nuestro nutriente de interés.
- Contenido de azúcar.
- Sabores o colorantes artificiales.
Y por último recuerda verificar la concentración de colágeno del producto, cuanto mas concentrado sea el producto, mayores beneficios tendrás.
Por: Sara Rojas González
Nutricionista Dietista U de A. – Especialista de línea Laboratorios Funat.