
Los beneficios de la moringa para el cuerpo humano son múltiples, es por ello que su consumo es tan importante para conservar nuestra salud. Para entenderlo mejor primero comprendamos qué es la moringa.
¿Qué es la moringa?
La moringa es un árbol que ofrece valiosos recursos nutricionales y energéticos en donde resaltan sus propiedades medicinales para combatir la fatiga, el colesterol, procesos inflamatorios e incluso evitar las infecciones.
Los extractos de sus hojas y semillas muestran una intensa capacidad antioxidante, muy útil para frenar la acción de los radicales libres. Se le atribuye, por tanto, un efecto preventivo. Otras de las propiedades de la moringa es que ayuda a detener o retrasar el estrés oxidativo que afecta a las células de diferentes órganos del cuerpo.
¿Para qué sirve la moringa?
- Tiene una capacidad antiinflamatoria, siendo un coadyuvante muy efectivo en el tratamiento de afecciones crónicas como la diabetes, la artritis y la artrosis, pero también en inflamaciones digestivas, hepáticas y renales. Los extractos concentrados de hojas de moringa han demostrado su capacidad para ayudar a disminuir la inflamación de los tejidos, así como también favorece el descenso en los niveles de colesterol LDL en sangre (Colesterol malo) y previniendo los accidentes cardiovasculares en el futuro.
- Mitiga los síntomas de los procesos alérgicos, ayuda a desinflamar las mucosas del tronco respiratorio. La moringa leifera está indicada en alergias respiratorias, alergias por contaminantes y por intolerancias alimentarias, procesos asmáticos, que cursan con rinitis, conjuntivitis, laringitis o bronquitis.
- Favorecen la emisión de orina, alivian la inflamación del riñón y la que se presenta en las vías urinarias como la vejiga, y previene la retención de líquidos y los edemas.
- Ejerce un efecto protector y desintoxicante sobre el riñón, por cuanto contribuye a atenuar el daño generado por agentes tóxicos, como es el caso de algunos medicamentos y metales pesados. Favorece la eliminación vía orina de estas toxinas.
- Ejerce un efecto reparador sobre las células hepáticas, incrementando el contenido en proteínas, restaurando los niveles de enzimas hepáticas, y reduciendo la inflamación. Un hígado tonificado garantiza el buen funcionamiento de la digestión y la metabolización de los nutrientes.
Ciertos estudios señalan su capacidad para reducir las tasas de azúcar en sangre y orina. Han demostrado, además, que puede mejorar los niveles de hemoglobina y proteína en pacientes con diabetes.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dice que sus hojas “son ricas en proteínas, vitaminas A, B y C, y minerales: muy recomendables para mujeres embarazadas y lactantes, así como para niños pequeños”.
Es importante tener en cuenta que la moringa se debe consumir con moderación, pues entre sus efectos secundarios se incluyen pérdida de sueño, exceso de glóbulos rojos y acidez.
Por: Indira González
Nutricionista – Especialista de línea Laboratorios Funat