Una dieta cetogénica es aquella rica en grasas, moderada en proteínas y pobre en carbohidratos; esta busca imitar un estado de ayuno. La palabra cetogénica se debe a la producción de cuerpos cetónicos propios del metabolismo de las grasas, denominados acetoacetato, β-hidroxibutirato y acetona. Estos son los encargados de suministrar energía al cerebro y al corazón en ocasiones excepcionales, como por ejemplo cuando se sigue una dieta con estas características.
En una dieta cetogénica estándar, el aporte de calorías está dado principalmente por las grasas, seguido por las proteínas y en una mínima proporción por los carbohidratos, algo totalmente opuesto a las recomendaciones de una dieta tradicional, en la que cerca de la mitad de calorías son aportadas por el último nutriente mencionado.
En el ámbito clínico, la dieta cetogénica ha sido empleada como parte del tratamiento de algunos tipos de epilepsia, mostrando resultados favorables, según varios estudios. Sin embargo en los últimos años se le ha atribuido la capacidad de mejorar el rendimiento deportivo –Específicamente en deportes de resistencia- e incluso se ha recomendado para bajar de peso. Es importante aclarar, que si la finalidad de la dieta cetogénica es la reducción del peso corporal, la restricción calórica debe encontrarse alrededor de las 500 calorías diarias, como sucede con las demás dietas hipocalóricas, por lo que la pérdida de peso estaría más asociada al déficit calórico total que a la fuente de alimentos que se consuman.
En la dieta cetogénica, no existen como tal alimentos prohibidos y permitidos, en esta dieta lo más importante es saber identificar los alimentos fuente de grasas, proteínas y carbohidratos, conocer las porciones permitidas de cada uno de esos alimentos durante las comidas del día y reconocer los tamaños adecuados de porción para poder cumplir con los porcentajes propuestos al inicio del tratamiento.
¿Qué se debe tener en cuenta si se desea implementar una dieta cetogénica?
- Esta debe ser planeada por un nutricionista, ya que la distribución de nutrientes, especialmente los tipos de grasas, deben ser cuidadosamente planificados para evitar alterar el perfil lipídico y así arriesgar la salud cardiovascular.
- Es posible que adherirse a un plan de alimentación cetogénico no sea tan sencillo, dada la gran restricción frente al consumo de carbohidratos.
- Es posible que durante el tiempo que se siga este tipo de dieta, ocurran deficiencias de fibra y micronutrientes como son las vitaminas hidrosolubles y algunos minerales, por lo que podrá ser necesaria la suplementación de estos, siempre bajo supervisión médica.
- Según estudios realizados hasta la fecha, no es una dieta recomendada para personas con enfermedades hepáticas o cardiovasculares de base, ya que se podría empeorar su condición.
- Algunos de los efectos adversos que podrían presentarse si se sigue este tipo de dieta son: estreñimiento, halitosis, diarrea, astenia (sensación de falta de energía) y calambres,
- Según algunos estudios, si se sigue una dieta cetogénica es posible que se presente deterioro en algunas funciones cognitivas, tales como: poder de atención, velocidad de la memoria, procesamiento de la información visual rápida y procesamiento de la información.
- Se recomienda que la duración de una dieta cetogénica debe oscilar entre un mínimo de 2 a 3 semanas y un máximo de 6-12 meses. A excepción de algunos casos puntuales de epilepsia, no se debe mantener una dieta cetogénica por un tiempo mayor a 1 año, y en cualquier caso deberá hacerse supervisado por el nutricionista.
- Para casos de epilepsia, la prescripción de la dieta cetogénica debe hacerse bajo indicación del neurólogo tratante.
- Las dietas cetogénicas no ofrecen una pérdida de peso significativamente mayor que las dietas convencionales, por lo que su uso no sería tan recomendable y no ofrecería beneficios valiosos en comparación con la dieta tradicional. Un exceso de peso no es razón suficiente para prescribir este tipo de dieta
Camila Henao Uribe
Nutricionista Dietista
Universidad de Antioquia