El desayuno: tu aliado para empezar bien el día

El desayuno: tu aliado para empezar bien el día

El desayuno es una de las comidas principales del día, la cual debe proveernos aproximadamente un 25% de las calorías totales, las cuales deben provenir desde los tres macronutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas; y por supuesto también debe aportarnos vitaminas y minerales.

 ¿Por qué es tan importante el desayuno?

Como su nombre lo indica, el desayuno es la comida con la cual se rompe el ayuno que realizamos durante el tiempo de descanso, y es la que nos proporciona la energía que necesitamos para empezar nuestro día realizando todas nuestras actividades normalmente.

Cuando nos despertamos, y sobre todo si el día anterior hemos realizado actividades intensas, es probable que nuestros niveles de azúcar en sangre estén un poco bajos, esta condición la conocemos como hipoglicemia; adicional a eso debemos consumir proteínas para reparar nuestros tejidos, producir hormonas y fortalecer nuestro sistema inmune; finalmente también necesitamos las grasas, para la formación de nuevas células y las funciones neurológica e inmune.

Desafortunadamente y debido a múltiples causas, el desayuno es la comida que las personas más acostumbramos saltarnos, desconociendo que este hábito es enemigo de la salud, pues si se mantiene por un tiempo prolongado puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de varias enfermedades crónicas, como las de tipo cardiovascular, diabetes tipo 2 y desarrollo de obesidad.

¿Cuáles son esas razones por las cuales las personas no desayunan?

Dentro de las excusas más frecuentes para omitir el desayuno, encontramos: falta de tiempo, somnolencia, inapetencia y deseo por bajar de peso.

El hábito de desayunar ¿Qué beneficios puede traer a la salud?

  • Adecuado crecimiento y desarrollo en niños
  • Menor ausentismo escolar y laboral
  • Mejor rendimiento académico, laboral y deportivo
  • Mayor capacidad de concentración y productividad
  • Alcanzar y mantener un peso saludable
  • Actúa como un factor protector ante enfermedades crónicas degenerativas

¿Cómo empezar a incluir el desayuno en mi día a día?

Un hábito, es una conducta repetida que se realiza de forma cotidiana, es todo aquello que hacemos repetitivamente, en ocasiones hasta sin darnos cuenta. Lo primero que se necesita para empezar a crear un hábito es tener la voluntad de hacerlo, lo segundo simplemente es empezar a realizar la acción de manera consistente y disciplinada, sin importar si nos cuesta o no hacerlo, hasta que se vuelva parte de nuestro día a día.

Aquí te presentamos algunas recomendaciones prácticas para que cada vez sea más fácil introducir el desayuno en tu rutina diaria:

Practica la convivencia: comparte el momento del desayuno con las personas con las que convives, con tus compañeros de estudio o trabajo, mientras desayunas puedes mantener una agradable conversación.

Adecúa tu horario: programa tu despertador 15 minutos antes de lo normal para que la falta de tiempo no sea más una excusa para no desayunar. Si se te dificulta, trata de dormir un poco más temprano de lo que normalmente lo haces.

Planifica: en tus momentos libres programa que desayunarás y realiza las compras de los alimentos que incluirás en tus desayunos de la semana.

Adelanta trabajo: desde la noche anterior puedes picar la fruta, poner la mesa o adelantar algunas preparaciones.

Alternativas: si tu día empieza muy temprano y a esa hora no tienes apetito para comer un desayuno completo, tomar una malteada o batido. Cuando sea un poco más tarde deberás consumir los demás alimentos propios del desayuno.

Varía: para evitar cansarte de las mismas preparaciones, elige alimentos diferentes, y preparaciones agradables y llamativas

Unifica tu horario: por lo menos mientras adquieres el hábito, trata de tomar el desayuno todos los días a la misma hora, procurando hacerlo en la primera hora y media después de haberte despertado.

 

Por: Camila Henao Uribe
Nutricionista Dietista
Universidad de Antioquia