¿Ya incluiste la cúrcuma en tus suplementos infaltables?

¿Ya incluiste la cúrcuma en tus suplementos infaltables?

¿Ya incluiste la cúrcuma en tus suplementos infaltables?

La curcumina es el principal compuesto activo de la cúrcuma y el responsable de la mayoría de sus beneficios. En los suplementos, suele encontrarse en mayor concentración que en la cúrcuma fresca, lo que permite aprovechar todo su potencial.

La cúrcuma es un potente antiinflamatorio, lo que significa que ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo, aliviando molestias, mejorando la movilidad y contribuyendo a prevenir enfermedades como obesidad, diabetes, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares. Pero sus virtudes no terminan ahí, también es un poderoso antioxidante, capaz de proteger las células contra el daño causado por los radicales libres. Estos radicales están presentes en nuestro día a día, desde el simple acto de respirar hasta la exposición al humo en las calles, y la cúrcuma ayuda a contrarrestar sus efectos nocivos, manteniendo el cuerpo fuerte y saludable.

Su acción antioxidante también contribuye a combatir el envejecimiento, no solo a nivel externo, sino favoreciendo el bienestar general desde adentro.

Los beneficios de la cúrcuma se notan especialmente en el sistema digestivo, promoviendo una buena digestión y reduciendo molestias, también aportando alivio y flexibilidad en las articulaciones.

Para aprovecharla al máximo, no solo es importante consumirla con pimienta negra que mejora su absorción, sino también acompañarla de ingredientes que cumplen una función similar, como grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, nueces), alimentos fermentados (kombucha, chucrut, kéfir, kimchi, encurtidos) y alimentos ricos en quercetina (frutos rojos, cítricos, té verde, cebolla, manzana).

Si quieres potenciar aún más su acción, también puedes combinarla con otros aliados como enzimas digestivas (disponibles en cápsulas), jengibre, omega-3, resveratrol o té matcha.

Sin embargo, no todos pueden consumir cúrcuma en altas dosis. No se recomienda para personas con problemas de vesícula (como cálculos biliares), trastornos de coagulación, quienes estén en tratamiento con anticoagulantes, mujeres embarazadas o en lactancia. En estos casos, siempre es fundamental contar con supervisión médica.